La afirmación de que la ortografía del español es principalmente fonográfica (o fonética) es tan extendida como errónea. Una ortografía fonográfica tiende a respetar el principio fonémico según el cual el conjunto de fonemas de una lengua y el conjunto de letras con las que ésta se escribe deben corresponderse biunívocamente, es decir, para cada letra debe haber un solo fonema y para cada fonema debe haber una sola letra.15 Si bien, efectivamente, en comparación con otras lenguas europeas, se respeta la regularidad del principio fonético, existe una serie de desviaciones de la misma que rompen notablemente con dicha regularidad. Destacan entre éstas los fenómenos de la poligrafía (distintas representaciones gráficas para un mismo fonema) y la polifonía (distintos fonemas representados por una misma letra).
- Poligrafía del fonema /k/: dicho fonema puede representarse de 3 formas distintas (k, qu, c).
- Poligrafía del fonema /g/: dicho fonema puede representarse de 2 formas distintas (g, gu).
- Poligrafía del fonema /b/: dicho fonema puede representarse de 3 formas distintas (b, v, w).
- Poligrafía del fonema /x/: dicho fonema puede representarse de 2 formas distintas (g, j).
- Poligrafía del fonema /i/: dicho fonema puede representarse de 2 formas distintas (i, y).
- Polifonía de la letra g: dicha letra representa a 2 fonemas distintos (/x/, /g/).
- Polifonía de la letra c: dicha letra representa a 2 fonemas distintos (/k/, /θ/ o /s/).
- Polifonía de la letra y: dicha letra representa a 3 fonemas distintos (/i/, /j/, /y/).
También se pueden añadir otras divergencias antifonográficas entre las que cabe mencionar la heterografía (escritura diferente) de morfemas uniformes (nazco, naces), la composición de fonogramas (ch para /ʧ/ o bien ll para /ʎ/)15 y la existencia de letras que no tienen correspondencia con fonema alguno (h muda).
Las polifonías tienen su origen en consideraciones etimológicas que pertenecen a la historia de la lengua, dando así lugar a sistemáticas dificultades para determinar el uso correcto de b/v, h/g en posición inicial, c/s/z, g/j y ll/y y haciendo que numerosas articulaciones, alófonas o no, no se distingan en la grafía. La h muda (que en la actualidad no representa ningún sonido) también debe entenderse como una anomalía de origen etimológico que dificulta la escritura del español según las normas ortográficas vigentes.
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